jueves, 31 de agosto de 2017

La puerta del baño

Por fenómenos que no sé explicar, en mi casa hay una regla muy sencilla: En verano, la puerta del baño se tiene que dejar abierta de par en par, y, en invierno, cerrada a cal y canto. Sencillo, ¿No? Pues...

Desde siempre he necesitado hacer rutinas para llevar con buen ritmo y orden los días, me cuesta pillar los hábitos, pero una vez que lo tengo, lo repetiré de forma automática siempre, y eso tiene sus inconvenientes...

Una de las principales discusiones en mi casa se genera por la dichosa puerta del baño, creo que tiene que ver con el respiradero que da a la calle, por el que entra aire frío, pero vamos, que haga el tiempo que haga, siempre coloco la puerta mal.

Es bastante frustrante, porque cuando me acostumbro a dejarla cerrada, ya es tiempo de dejarla abierta, y vuelta a empezar, es como un círculo vicioso.

Mi madre dice que es porque soy tonta, que no entiendo una orden sencilla, no creo que ese sea el problema, entiendo la orden, entiendo más o menos el motivo, pero mi cerebro actúa en favor de la rutina y precisamente por eso me he llevado más de mil broncas a lo largo de mi infancia, bueno, y a día de hoy, definitivamente, hay cosas que no se pueden cambiar.

viernes, 11 de agosto de 2017

Nueva aventura

Desde hace un par de días, Dani volvió de su viaje por el mundo, y vino hablando un nuevo idioma: El tailandés.

Me resulta increíble ver como, sólo estando por esa zona unas semanas, es capaz de hablar con tanta fluidez, a pesar de que viviera prácticamente con la gente de allí, no sé, me parece un aprendizaje demasiado rápido, igual se lo está inventando todo y se está riendo de mi.😅😅😅

El caso es que me entró curiosidad, y, aunque se pone insoportable cuando le pido que me enseñe algo, acabé rindiéndome a la tentación y... bueno.📚📚📚

No es tan difícil como parece, lo más complicado se resume en la parte escrita, porque las estructuras son muy simples sujeto+verbo+objeto, y los tiempos verbales básicos se limitan a indicarse con una palabra que se puede poner antes o después del verbo, por ejemplo, en el presente se puede utilizar Kamlang antes del verbo o Yùu después del verbo, que vienen a significar algo parecido a la palabra ahora. Para el pasado se utiliza Yáeo al final de la frase, y significa algo similar a ya, sería como decir: He llegado ya. Y para el futuro, se utiliza Yà antes del verbo o algún indicativo de tiempo en el futuro. Lo mejor de este idioma es que no tiene conjugaciones, y eso ahorra mucho tiempo.

Además, algo fundamental es aprender las personas, y tener mucho cuidado al utilizarlas, ya que según cual utilices, puedes estar siendo formal o informal, y en Tailandia, esto es esencial para tratar con la gente, que, de cara al público, son muy amables, pero hay que respetar sus tradiciones y aprender a diferenciar los distintos ámbitos en la vida personal, pues, según me ha contado Dani, son muy cuidadosos con quienes meten en sus casas, aunque sea para unos segundos.

No creo que sea bueno estudiar este idioma precisamente, debería ponerme con el francés o el alemán, pero... bueno, es verano, quiero disfrutar, y aprender algo que me apetece debe de ser la mejor manera para ello, además, quién sabe, quizá lo necesite algún día, Tailandia es un país con una fauna muy extensa e increíble, aunque tenga animales que pueden ser mortales, no estaría mal visitarlo alguna vez, sin embargo... llevo bastante mal eso de comer lo que está fuera de mi ámbito cultural, y... no sé yo si podría sobrevivir allí.🐜🐜🐜

martes, 8 de agosto de 2017

El nacional socialista

Mateo, un amigo del grupo de superdotados de la vida, tiene un amigo llamado Andrés al que a veces le cuento mi vida, y el otro día, me dio por pedirle que me buscara a algún chico para mi, pues bueno...

Resulta que el chico que encontró se llama Moisés, alto, rubio, de ojos claros, muy mono, y ayer empezamos a hablar y quedamos hoy.

Las cosas eran claras: Ambos queríamos algo.

Fui hasta el museo del ferrocarril, y cuando llegué, me dijo que me fuera a no sé qué parque, que se había retrasado y que tardaría demasiado, y allí fui, a la mierda haberme peinado por el viento y sudé más de lo que me gustaría.

Primero, nos cruzamos, pero no nos dimos cuenta, luego ya sí y estuvimos hablando y... bueno, era un chico serio, pero bastante guapo, y tenía muchas ganas de que me contara cosas.

Llegamos hasta un parque enorme y nos sentamos a hablar en unas gradas. La verdad es que la conversación más o menos fluía, hasta que me dijo:" Si te meto un pico, ¿Pasa algo? "
Le dije que no, que me parecía bien y nos empezamos a liar, pero él enseguida me metió mano, yo... bueno, le seguí el juego, más o menos, y entonces, me dijo que, de tanto tocar la guitarra, se le habían inflamado los tendones, vamos, lo mismo que me pasó a mi en el pie, y claro... si yo no hacia que acabase, iba a pasarlo mal, porque él solo no podía y ya llevaba bastante sin desahogarse.

La cosa es que un parque es un parque, y claro, pasaba gente de vez en cuando, y yo me sentía incómoda, además, de las conversaciones que tuvimos, surgió el tema de la situación actual de la sociedad, y me dijo que él era nacional socialista y... bueno, la verdad es que le dio bastante igual que yo fuera anarcosindicalista, pero va, yo no pasé por alto su condición, y eso me hacía sentir un poco mal, porque él... parecía buen chico, majo, atento, un poco brusco, pero nada muy fuera de lo común, hasta me ofreció de sus cigarrillos las tres veces que sacó la cajetilla, obviamente, los rechacé, nunca he fumado y no tengo previsto empezar.

El caso es que tuve que decirle que prefería no avanzar más y él se quedó algo frustrado.

Cuando llegué a casa, hablamos un poco, pero enseguida me dijo que él se sentía mal, porque conmigo sólo quería sexo, y como sabía que yo quería más, prefería dejarlo como estaba, así que... nos deseamos suerte y se acabó.

Tampoco es que le hubiera cogido mucho cariño, pero va, sí que tenía esperanzas en él, de todas formas... no lo entiendo, él hizo lo correcto, cortó con todo antes de que fuera tarde, yo no hice nada que no quisiera hacer, no llegamos muy lejos, pero aún así, me siento fatal.

La verdad es que es uno de los pozos más grandes en los que he caído, o así lo siento, y supongo que debería irme a dormir y dejar que mi cabeza se ordenara con el sueño, pero es que... no puedo, y me he llegado a plantear para qué seguir viviendo, pero es que no tiene sentido, quiero decir... he salido de situaciones mucho más complejas, ¿Por qué estoy tan hundida? Es absurdo, y espero no hacer ninguna tontería, porque vamos, ya lo que me faltaba.

viernes, 4 de agosto de 2017

El reloj

Tras las manecillas de aquella tarde, se escondía la perfecta melodía de un reloj sin prisa, vencido por la edad, que avanzaba por el fluir del tiempo con los ojos cerrados, acaparando cualquier oportunidad para escapar de la tortuosa rutina sin alma.

Atormentado por aquella obra teatral llena de penurias, vivía la bestia, atrapada en medio de una feroz batalla entre las fuerzas invisibles que movían su mundo, atrapada entre las páginas en blanco de un diario mudo.

Tocando el áspero sabor del viento, la bestia se pasaba las tardes preparando la cacería que su dueña reclamará por la mañana, al frío alarido del alba, pero esta tarde fluía un extraño susurro entre la hierba, un rumor que se abría paso entre las corrientes de los ríos cercanos y llegaba hasta su oído, que examinaba con cautela aquella alteración del ambiente.

Una pincelada de color en una paleta de grises, un palpitante sueño que generaba el bostezo revelador abriendo paso a un sinfín de ilusiones y posibilidades, llenando cada rincón de la solución a la discusión dualista eternamente definida por los contornos difuminados de las mentes paranoicas de quienes ven lo que no hay y al contrario.

Fue sólo un segundo, pero bastó para atravesar su espalda como si una tormenta eléctrica se debatiera en el interior, liberando a un león herido que salía a la batalla mostrando unos relucientes colmillos, envenenados por la maldad más absoluta.

Desgarrado sus entrañas y ahogando su corazón, aquella mirada verde se clavó dentro de lo que ya no era un simple ser, atravesó cada fibra y cada respiración, y regaló un puñado de sal al reloj de arena sonámbulo, declarando un tiempo muerto a la gran incógnita que hacia proseguir el transcurso del tiempo a un ritmo tan dinámico.

Ahora lo sabía, sabía que no sabía nada, pues hasta ese momento, la vida que ya no podía haber sido real, había sido su apoyo existencial, pero ahora... sabía que era consciente, sabía que había algo, sabía que había alguien.