miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿A dónde voy?

Por fin, he empezado la universidad. He estado muy nerviosa por todo el lío de trámites para la matrícula, porque es un sitio nuevo y porque no conozco a nadie pero... ahora, ninguna de esas cuestiones es mi prioridad, el problema es que no sé a dónde voy.

Mi padre, tocahuevos como es, me obligó a pasar las vacaciones en León, y así aprovechaba y levantaba el suelo del piso que tenemos en la ciudad. Por culpa de eso, no pude ir a la presentación, me perdí las explicaciones y, lo más importante, el horario.

Ahora, no sé en qué grupo estoy, y, además, varias clases prácticas se me juntan con otras, así que... mañana mismo voy derechita a Secretaría a que me ayuden, porque esto es un lío.

Por lo demás... ya he vivido mi primer día y... podía haber sido peor.

Tras un verano frío... el primer día de clase resulta ser uno de los más calurosos del verano, todas las ventanas de las clases abiertas, y, aún así, era asfixiante, lo bueno, es que no sólo sudaba yo, así que... no me sentía tan incómoda.

Por otra parte, empecé muy bien, me junté con un grupo de dos chicas y un chico, pero enseguida llegaron otras dos chicas y me marginaron. La verdad es que, quitando a la chica que me marginó, las demás son guapísimas, todas a su manera, claro está, pero la verdad es que son preciosas. También hay algún chico, la mayoría repetidores, y son más reservados.

Aunque no hablé mucho con nadie, la gente es muy amable, le preguntas algo a cualquiera y todos te ponen buena cara, y eso es muy gratificante.

Además, algo que me hace mucha gracia, es que llevo todo el verano pensando en que echaría mucho de menos al profesorado del instituto, en su gran mayoría, pero ha sido llegar allí y... vale que no son los mismos, pero mi profesora de trabajo social es una Nieves 2.0 me recuerda muchísimo a ella, aunque esta ha enseñado más las garras, espero que baje algo el ritmo, pero, sin duda, va a ser una clase muy interesante y espero aprender mil cosas de la asignatura, de la profesora y de mis compañeros. El profesor de historia es como Pilar, se nota que le gusta su trabajo, empieza a hablar y se teletransporta a su mundo, ya se puede derrumbar el edificio que él sigue hablando, ya nos ha mandado deberes y todo. Por último, la profesora de derecho es como Mónica, trabaja todo con presentaciones, aunque también dará apuntes y ya nos ha avisado de que ella va a dar clase al que esté interesado, quien no, que no se presente. Mañana conoceré a los otros dos profesores que quedan, a ver qué tal.

La verdad es que no sé si podré sacar el curso, y, si lo saco... no sé si me agotará demasiado como para continuar. Está claro que tengo que darlo todo desde el primer día, y es lo que voy a hacer, si con eso, no consigo sacarlo, no me voy a sentir mal, lo habré intentado, aunque fue bastante caro, la verdad, me daría mucha rabia repetir o tener que dejarlo, pero bueno, lo primero es lo primero, tengo que averiguar cuál es mi clase y cuál es mi horario.

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