domingo, 1 de octubre de 2017

Nieves

A través de los amigos que se han quedado en el instituto, me ha llegado la noticia de que Nieves, la profesora de filosofía, se ha jubilado.

La verdad es que... es una persona a la que admiro, desde el primer día de clase, fue una ruptura con todo lo que había vivido en ese instituto y es una verdadera lástima que se vaya pero...

...pero los recuerdos se mantienen.

El viaje a Bilbao, el viaje a Valladolid, las broncas de las mañanas, las risas de las tardes, los recreos en que salía al patio y ya estaba ella haciendo su ronda, el típico "guajones", la agudeza con que escuchaba y la seguridad con la que hablaba... a mi me ha marcado muchísimo y, junto con algunos otros profesores, es el motivo de que siga estudiando.

Una cosa que siempre me llamó la atención de ella, es que siempre repetía que los profesores no enseñaban nada, que eran incapaces de hacernos comprender y asimilar contenidos, y nunca llegué a decirle todo lo que se equivocó al afirmar aquello, y ya no estoy hablando sólo de mi, sino de todo mi curso, a todos nos transmitió la pasión por la filosofía, aunque no nos gustara la asignatura o fuera difícil de estudiar, todos esperábamos con ganas su clase, incluso los que fingían dormir, que escuchaban atentos sus charlas sobre Platón, Aristóteles, al que seguían una serie de insultos, o Descartes. Todos le prestábamos atención, por mucho que algunos quisieran aparentar lo contrario, y creo que absolutamente todos tenemos mil cosas que agradecerle.

No sé qué hará ahora pero espero que disfrute de todos los días, que viva con la misma pasión que con la que daba clase, que siga aprendiendo cosas y que siga siendo el referente para más personas.

Atrás han quedado muchas horas, muchas guardias, desde aquí, lo único que puedo hacer es agradecerle los tres años que estuve con ella, todavía recuerdo la primera vez que la vi, en segundo de la ESO, cuando llegué tarde a clase y entré por error en el aula de alternativa a religión. Estaba leyendo un libro y Sara Ylenia mirándola, en completo silencio y con los bártulos fuera de la mesa.

Siempre escuché rumores sobre lo dura que era, y durante los primeros meses, me pareció la disciplina personificada, pero... con el paso del tiempo, vimos que era un trozo de pan, menos por las mañanas, eso nunca cambió.

Y... poco más tengo que decir de ella, sé que nunca podré agradecerle lo suficiente que me sacara de aquel pozo y que me inspirara para seguir adelante, a pesar de las circunstancias, me ha enseñado que la búsqueda del conocimiento, es la persecución de la libertad, y me aseguraré de transmitir lo mejor posible a mis hijos, nietos y alumnos quién fue, qué hizo y lo que ha logrado, aunque sólo pueda hablar de mi situación y de la de unos pocos más, sé con seguridad que hay bastantes más ejemplos, vidas transformadas por una profesora que sabía que la educación era la oportunidad que todos estábamos pidiendo a gritos.

Una vez más, muchas gracias por todo, y espero que disfrutes de la jubilación, imagino que todavía te quedan muchas cosas por hacer y te deseo la mejor suerte. Nunca podré olvidarte, ni yo ni nadie, ese instituto no volverá a ser el mismo, pero siempre tendremos el eco del recuerdo, la satisfacción de haberte conocido y el orgullo de haber sido tu alumna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario