martes, 11 de abril de 2017

Dieta a la fuerza

Esta semana Santa, mis padres me obligaron a pasarla con ellos en la urbanización del pueblo.

Mi madre compró un montón de cosas, sobretodo congelados y cosas de nevera, porque aquí hace demasiado calor como para tener que bajar al pueblo a comprar.

Llegamos el lunes por la noche. Cenamos, preparamos la casa y nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente, nos dimos cuenta de que, en algún momento durante la noche, se había ido la luz, y todavía no había vuelto, lo que significaba que... todos los alimentos se estropearon.

Así que... estamos en León, a 32 grados, sin comida y sin dinero para comprarla, lo único que sobrevivió ha sido la lechuga y el tomate...

Esta semana me alimentaré a base de esos dos alimentos. Que bien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario