miércoles, 18 de abril de 2018

Uno sólo? Mejor dos.

Después de bastante tiempo, estoy aquí para actualizar mi situación.

La verdad es que todo ha cambiado mucho, aunque no lo parezca. Después de unas semanas en Trabajo Social, me di cuenta de que... bueno, estaba bien, pero... había descubierto otra pasión: El Derecho. Así que, sin pensarlo mucho, me matriculé en la Universidad a Distancia para hacer el grado de Derecho sin dejar el de Trabajo Social, total, cada cuatrimestre son cinco asignaturas, hasta ahora, había tenido 9 asignaturas por curso, no sería muy diferente (Qué inocente)
Sin embargo, y esto no sé si decirlo con orgullo o con vergüenza, es el primer año que apruebo todas las asignaturas, al menos, en el cuatrimestre pasado, este, se verá, pero, sinceramente, creo que pasará lo mismo.
Estoy muy orgullosa de mi, aunque, no tanto por los resultados, que también, como por todo lo que estoy aprendiendo. Cada cosa que aprendo en una asignatura, me es aplicable en otra, el aprendizaje es fluido y todos los conceptos se acumulan y entrelazan, dotando de significado a todo lo que enuncian, y, por lo tanto, permitíendome aprender.
He de reconocer que fue una locura, fue una decisión impulsiva, pero de la cual no me arrepiento, aunque el año que viene me lo pensaré, más que nada por el gasto económico que supone, pero bueno, esta experiencia ha sido muy positiva, y, lo que es mejor, he disfrutado mucho aprendiendo, pero aprendiendo de verdad.
No he hecho muchos amigos, sólo un par de compañeras de clase. En segundo de Trabajo Social hay una chica gallega que se parece a Carlota, tema que está más que superado porque está en Madrid y no la puedo ver. Y... poco más, a los profesores les gusta dar clase y a mi me gusta aprender, aunque muchas veces tengo que esperar sola en clase porque nadie quiere estar conmigo en los descansos, pero bueno, ya iré trabajando eso.

domingo, 15 de octubre de 2017

El poder en el trabajo social

La analogía reduccionista ha relacionado con tal fuerza al poder con la política que ya no se concibe la existencia de uno sin el otro, unido a la censura moral, que identifica al poder con la dominación, prendiéndose sinónimos.

Sin embargo, para los trabajadores sociales, la relación con el poder se justifica de manera más pragmática, ya que se convive cotidianamente con experiencias de injusticia ligadas al poder, sin vías de soluciones efectivas, además, la práctica del trabajador social se establece a partir un proceso de toma de decisión en una relación desigual.

El poder, como hecho social, es un concepto problemático, con múltiples perspectivas y enfoques. Se puede entender como un concepto que expresa la energía capaz de conseguir que la conducta de los demás se adapte a la propia voluntad (Molina, 1998) o como la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad (Max Weber, 1979; 43)

Las formas de poder que se han llegado a destacar y a admitir son: la coerción, ya sea mediante amenazas o promesas de recompensa, la manipulación, el derecho y la influencia

Si seguimos el análisis de Lukes  (1985) sobre los enfoques del poder, podemos destacar tres consideraciones básicas:

-Toda relación de poder implica un conflicto de intereses entre las partes
-El poder no sólo se aprecia en las decisiones efectivas, sino también en las no decisiones.
-La influencia y el poder forman dos conjuntos en interacción coincidiendo en una parte y diferenciándose en otra, sugiriendo que, cuando la autonomía no se ve afectada o se incrementa, se trata de influencia.

Michel Foucault es el principal referente en el análisis del poder, especialmente incisivo en el ámbito del trabajo social, criticando el modelo jurídico-liberal de poder y adoptando un paradigma estratégico, que percibe el poder como una posesión que tiene una sola dirección, de arriba hacia abajo, el poder controla y utiliza, manifestándose en procedimientos de exclusión y de encierro (Ibáñez, 1983)

La concepción que propone Foucault (1992a) se basa en:

-El poder no es algo que se adquiera, se ejerce en las relaciones móviles y no igualitarias.
-Las relaciones de poder sin inmanentes a otro tipo de relaciones, constituyen las condiciones y los efectos de desigualdad y desequilibrio.
-El poder viene de abajo, y forma líneas de fuerza difusas por todo el sistema social.
-El poder no es siempre negativo, puede tener un aspecto productivo porque promueve, regula y configura campos de posibilidad.
-Donde hay relaciones de poder hay resistencias al poder, un contrapoder
que se forma en su misma relación, estando dentro de la red de poder.
-Y por último, la disciplina es una fórmula general de dominación que se basa en el control minucioso del sujeto mediante el examen sistemático, la distribución espacial y la normalización.

En el ejercicio profesional de un trabajador social, podemos comprobar que su experiencia sobre el poder se base en estos cuatro escenarios:

-La vivencia del cliente, mediante la cual se conocen muchas situaciones sociales que son, actos de abuso o de ejercicio inadecuado de poder. Se trata de un conocimiento indirecto, y supone una referencia para observar el poder en los niveles más elementales.
-La relación de ayuda, cuando el profesional del trabajo social desempeña una labor revestida de poder, este poder se incrementa a causa de la naturaleza de la relación que debe establecerse para que sea efectiva la ayuda, cuyo propósito es procurar cambios emancipadores en las personas.
-La estructura organizativa, el escenario donde se producen ingentes relaciones de poder. El profesional es un trabajador asalariado, además, ocupa una determinada posición en la estructura organizativa que le atribuyen  situaciones y grados de poder diferentes
-El aparato político, agrupa el sistema político y administrativo en sus diferentes funciones
y niveles estatales, materializandose en la política social que son las que interrelacionan dichos sistemas de poder con la sociedad, de
la que emana a su vez el poder de legitimar legalmente al poder político.

Las relaciones de poder que implican al trabajador social pueden clasificarse en dos direcciones: como «sujeto de poder» o bien como «objeto de poder» (Bayón, 1995:18). En el primer caso, el trabajador social tiene una posición ventajosa mediante la cual tiene la facultad de imponer su criterio. En el caso opuesto, el profesional será el receptor de las dinámicas de poder que otros individuos ejerzan sobre él, es decir, la propia posición estructural que se crea entre profesional y cliente conlleva una diferencia de poder y se produce una relación de ayuda que resulta efectiva para el cliente, Foucault sostiene que son inevitables estas relaciones de poder y, Healy por su parte afirma que «aunque los trabajadores oficiales no puedan evitar la utilización del poder, sí pueden aumentar la responsabilidad, la humanidad y la justicia con las que se ejerza ese poder» (Healy, 2001:102).
El poder disciplinario encarna las acciones que Foucault denomina «prácticas que dividen», cuyo objeto principal es construir sistemas de clasificación y, mediante ellos, conseguir la «normalización» de la población para actuar discretamente sobre los individuos y conformarlos a la norma, el control, implícito y generalizado, puesto que al adecuar la conducta a una ley instituida desde el poder, como un mecanismo de sumisión, sin embargo, no logra nunca la dominación total de los sujetos, sino que induce a participar en la regulación que se propone, aunque, el rechazo total o parcial a esta participación es un signo
de resistencia al poder (Wang, 2001:283) que no es, ni más ni menos que el complemento recíproco del poder y lo diferencia de la dominación, porque «cuando un individuo o grupo llegan a bloquear un campo de relaciones de poder, volviéndolas inmóviles y fijas e impidiendo toda reversibilidad de movimiento, estamos ante lo que se puede denominar un estado de dominación» (Foucault, 1999:395). A pesar de esto, el mismo Foucault admite que carece de sentido distinguir entre formas controladoras y no controladoras de trabajo social, porque en muchos contextos de práctica el control social explícito constituye una dimensión inevitable, determinando que lo importante es reconocer las formas de control y hacer que este sea más responsable y justo para quienes estén sometidos a él.
Buena parte del poder del trabajador social le viene otorgado por la organización donde presta sus servicios, toda intervención en un marco organizativo debe considerarse una actuación por delegación de los responsables de ésta, estableciendo unos vínculos que
delimitan el comportamiento de sus miembros y regulen las relaciones para el funcionamiento de la organización. Aun así, hay diferencias considerables entre los profesionales a la hora de hacer prevalecer su autonomía de acción, sobretodo en el ámbito de «gestión administrada de problemas» porque se han de incorporar unos roles, unas funciones y unos dispositivos incubados desde la disciplina administrativa. En definitiva, «las prácticas institucionales crean al mismo tiempo al cliente y al trabajador social, como dos caras de la misma moneda [...] define las actuaciones del trabajador social y las formas de relacionarse con el cliente» (Chambon, 2001:154).

El poder también se manifiesta en la arquitectura, en los espacios de dominio diferencial para los sujetos: los filtros para el acceso, la mesa que separa, etc. Como analizó Erving Goffman, estos signos de poder se multiplican y magnifican con el fin de influir en la identidades segregadas de los internos, como una versión idealizada del panóptico, ya que se pueden observar los datos de los clientes recopilados por el saber profesional y los actos de intervención para producir estadísticas como una nueva verdad política. «La aritmética de estas estadísticas representan las relaciones de poder en el estado o la agencia [...] es una estrategia de poder que incrementa la fuerza del cuerpo político» (Moffat, 2001:333).

En conclusión, el poder es una red que se extiende por toda la sociedad, ningún resquicio en esta, está libre de él, aunque se presenten resistencias, pues es algo que surge por naturaleza, sin embargo, hay varias formas en las que el poder se manifiesta dentro del trabajo social, haciendo, de manera inseparable, que existan las figuras de cliente y profesional, que las organizaciones regulen las relaciones entre estos y que las estructuras arquitectónicas y organizativas jerarquicen el trabajo con el fin de maximizar la productividad y utilidad de los recursos.

Glosario

Paradigma estratégico: Se utiliza para hacer referencia a un modelo simplificado de la realidad, asumiendo la perspectiva de los individuos involucrados en las relaciones sociales.
Censura moral: eliminación de materiales que se consideran moralmente cuestionables.
Dominio diferencial: Autoridad que ejerce su poder mediante el trato discriminatorio de variables.
Panóptico social: Se trata de un símil que utiliza la idea de la prisión diseñada por el filósofo Jeremy Bentham en el siglo XVIII, donde la prisión priva a los reos de toda intimidad. Foucault lo utiliza para remarcar la nueva estrategia controladora del sistema que organiza la información de todo ciudadano de manera que ni el propio cliente es consciente de ello.
Conocimiento indirecto: En conjunto, representa las ideas, opiniones y juicios que tenemos pero que nosotros mismos no hemos elaborado, sino que parten de nuestro ámbito social.

domingo, 1 de octubre de 2017

Nieves

A través de los amigos que se han quedado en el instituto, me ha llegado la noticia de que Nieves, la profesora de filosofía, se ha jubilado.

La verdad es que... es una persona a la que admiro, desde el primer día de clase, fue una ruptura con todo lo que había vivido en ese instituto y es una verdadera lástima que se vaya pero...

...pero los recuerdos se mantienen.

El viaje a Bilbao, el viaje a Valladolid, las broncas de las mañanas, las risas de las tardes, los recreos en que salía al patio y ya estaba ella haciendo su ronda, el típico "guajones", la agudeza con que escuchaba y la seguridad con la que hablaba... a mi me ha marcado muchísimo y, junto con algunos otros profesores, es el motivo de que siga estudiando.

Una cosa que siempre me llamó la atención de ella, es que siempre repetía que los profesores no enseñaban nada, que eran incapaces de hacernos comprender y asimilar contenidos, y nunca llegué a decirle todo lo que se equivocó al afirmar aquello, y ya no estoy hablando sólo de mi, sino de todo mi curso, a todos nos transmitió la pasión por la filosofía, aunque no nos gustara la asignatura o fuera difícil de estudiar, todos esperábamos con ganas su clase, incluso los que fingían dormir, que escuchaban atentos sus charlas sobre Platón, Aristóteles, al que seguían una serie de insultos, o Descartes. Todos le prestábamos atención, por mucho que algunos quisieran aparentar lo contrario, y creo que absolutamente todos tenemos mil cosas que agradecerle.

No sé qué hará ahora pero espero que disfrute de todos los días, que viva con la misma pasión que con la que daba clase, que siga aprendiendo cosas y que siga siendo el referente para más personas.

Atrás han quedado muchas horas, muchas guardias, desde aquí, lo único que puedo hacer es agradecerle los tres años que estuve con ella, todavía recuerdo la primera vez que la vi, en segundo de la ESO, cuando llegué tarde a clase y entré por error en el aula de alternativa a religión. Estaba leyendo un libro y Sara Ylenia mirándola, en completo silencio y con los bártulos fuera de la mesa.

Siempre escuché rumores sobre lo dura que era, y durante los primeros meses, me pareció la disciplina personificada, pero... con el paso del tiempo, vimos que era un trozo de pan, menos por las mañanas, eso nunca cambió.

Y... poco más tengo que decir de ella, sé que nunca podré agradecerle lo suficiente que me sacara de aquel pozo y que me inspirara para seguir adelante, a pesar de las circunstancias, me ha enseñado que la búsqueda del conocimiento, es la persecución de la libertad, y me aseguraré de transmitir lo mejor posible a mis hijos, nietos y alumnos quién fue, qué hizo y lo que ha logrado, aunque sólo pueda hablar de mi situación y de la de unos pocos más, sé con seguridad que hay bastantes más ejemplos, vidas transformadas por una profesora que sabía que la educación era la oportunidad que todos estábamos pidiendo a gritos.

Una vez más, muchas gracias por todo, y espero que disfrutes de la jubilación, imagino que todavía te quedan muchas cosas por hacer y te deseo la mejor suerte. Nunca podré olvidarte, ni yo ni nadie, ese instituto no volverá a ser el mismo, pero siempre tendremos el eco del recuerdo, la satisfacción de haberte conocido y el orgullo de haber sido tu alumna.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

¿A dónde voy?

Por fin, he empezado la universidad. He estado muy nerviosa por todo el lío de trámites para la matrícula, porque es un sitio nuevo y porque no conozco a nadie pero... ahora, ninguna de esas cuestiones es mi prioridad, el problema es que no sé a dónde voy.

Mi padre, tocahuevos como es, me obligó a pasar las vacaciones en León, y así aprovechaba y levantaba el suelo del piso que tenemos en la ciudad. Por culpa de eso, no pude ir a la presentación, me perdí las explicaciones y, lo más importante, el horario.

Ahora, no sé en qué grupo estoy, y, además, varias clases prácticas se me juntan con otras, así que... mañana mismo voy derechita a Secretaría a que me ayuden, porque esto es un lío.

Por lo demás... ya he vivido mi primer día y... podía haber sido peor.

Tras un verano frío... el primer día de clase resulta ser uno de los más calurosos del verano, todas las ventanas de las clases abiertas, y, aún así, era asfixiante, lo bueno, es que no sólo sudaba yo, así que... no me sentía tan incómoda.

Por otra parte, empecé muy bien, me junté con un grupo de dos chicas y un chico, pero enseguida llegaron otras dos chicas y me marginaron. La verdad es que, quitando a la chica que me marginó, las demás son guapísimas, todas a su manera, claro está, pero la verdad es que son preciosas. También hay algún chico, la mayoría repetidores, y son más reservados.

Aunque no hablé mucho con nadie, la gente es muy amable, le preguntas algo a cualquiera y todos te ponen buena cara, y eso es muy gratificante.

Además, algo que me hace mucha gracia, es que llevo todo el verano pensando en que echaría mucho de menos al profesorado del instituto, en su gran mayoría, pero ha sido llegar allí y... vale que no son los mismos, pero mi profesora de trabajo social es una Nieves 2.0 me recuerda muchísimo a ella, aunque esta ha enseñado más las garras, espero que baje algo el ritmo, pero, sin duda, va a ser una clase muy interesante y espero aprender mil cosas de la asignatura, de la profesora y de mis compañeros. El profesor de historia es como Pilar, se nota que le gusta su trabajo, empieza a hablar y se teletransporta a su mundo, ya se puede derrumbar el edificio que él sigue hablando, ya nos ha mandado deberes y todo. Por último, la profesora de derecho es como Mónica, trabaja todo con presentaciones, aunque también dará apuntes y ya nos ha avisado de que ella va a dar clase al que esté interesado, quien no, que no se presente. Mañana conoceré a los otros dos profesores que quedan, a ver qué tal.

La verdad es que no sé si podré sacar el curso, y, si lo saco... no sé si me agotará demasiado como para continuar. Está claro que tengo que darlo todo desde el primer día, y es lo que voy a hacer, si con eso, no consigo sacarlo, no me voy a sentir mal, lo habré intentado, aunque fue bastante caro, la verdad, me daría mucha rabia repetir o tener que dejarlo, pero bueno, lo primero es lo primero, tengo que averiguar cuál es mi clase y cuál es mi horario.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Pues nada, otro fantasma

Son las 8:49 de la mañana de un domingo en verano, ¿Qué hago despierta? Sucumbir a los caprichos de un nuevo fantasma en la casa de campo.

Resulta que hace nada, estaba yo tan feliz durmiendo, ¿Sabes? Cosa que me gusta hacer un domingo por la mañana teniendo en cuenta que no tengo ninguna obligación y que me acosté a las 4:30 de la madrugada.

Pues bueno, de repente, se encendió la televisión de mi cuarto, a todo volumen, y me despertó. Al principio, pensé que se trataba de  algo que estaría haciendo presión sobre el mando, pero, tras apagarla yo misma con el mando, y volver a intentar dormir, la televisión se vuelve a encender sola, y así repetidas veces, cada vez que se enciende, el volumen se pone al máximo, así que tengo que estar atenta porque como mi madre o mi padre se despierten... me va a caer una...

Por lo menos, están poniendo Shin Chan.

He pensado en que podría ser un corte de luz, pero no, la radio sigue apagada, así que no es eso. Una solución sencilla sería desconectar la televisión, pero es que... como la desenchufe, y se vuelva a encender sola... no me queda pueblo pa correr.

jueves, 31 de agosto de 2017

La puerta del baño

Por fenómenos que no sé explicar, en mi casa hay una regla muy sencilla: En verano, la puerta del baño se tiene que dejar abierta de par en par, y, en invierno, cerrada a cal y canto. Sencillo, ¿No? Pues...

Desde siempre he necesitado hacer rutinas para llevar con buen ritmo y orden los días, me cuesta pillar los hábitos, pero una vez que lo tengo, lo repetiré de forma automática siempre, y eso tiene sus inconvenientes...

Una de las principales discusiones en mi casa se genera por la dichosa puerta del baño, creo que tiene que ver con el respiradero que da a la calle, por el que entra aire frío, pero vamos, que haga el tiempo que haga, siempre coloco la puerta mal.

Es bastante frustrante, porque cuando me acostumbro a dejarla cerrada, ya es tiempo de dejarla abierta, y vuelta a empezar, es como un círculo vicioso.

Mi madre dice que es porque soy tonta, que no entiendo una orden sencilla, no creo que ese sea el problema, entiendo la orden, entiendo más o menos el motivo, pero mi cerebro actúa en favor de la rutina y precisamente por eso me he llevado más de mil broncas a lo largo de mi infancia, bueno, y a día de hoy, definitivamente, hay cosas que no se pueden cambiar.

viernes, 11 de agosto de 2017

Nueva aventura

Desde hace un par de días, Dani volvió de su viaje por el mundo, y vino hablando un nuevo idioma: El tailandés.

Me resulta increíble ver como, sólo estando por esa zona unas semanas, es capaz de hablar con tanta fluidez, a pesar de que viviera prácticamente con la gente de allí, no sé, me parece un aprendizaje demasiado rápido, igual se lo está inventando todo y se está riendo de mi.😅😅😅

El caso es que me entró curiosidad, y, aunque se pone insoportable cuando le pido que me enseñe algo, acabé rindiéndome a la tentación y... bueno.📚📚📚

No es tan difícil como parece, lo más complicado se resume en la parte escrita, porque las estructuras son muy simples sujeto+verbo+objeto, y los tiempos verbales básicos se limitan a indicarse con una palabra que se puede poner antes o después del verbo, por ejemplo, en el presente se puede utilizar Kamlang antes del verbo o Yùu después del verbo, que vienen a significar algo parecido a la palabra ahora. Para el pasado se utiliza Yáeo al final de la frase, y significa algo similar a ya, sería como decir: He llegado ya. Y para el futuro, se utiliza Yà antes del verbo o algún indicativo de tiempo en el futuro. Lo mejor de este idioma es que no tiene conjugaciones, y eso ahorra mucho tiempo.

Además, algo fundamental es aprender las personas, y tener mucho cuidado al utilizarlas, ya que según cual utilices, puedes estar siendo formal o informal, y en Tailandia, esto es esencial para tratar con la gente, que, de cara al público, son muy amables, pero hay que respetar sus tradiciones y aprender a diferenciar los distintos ámbitos en la vida personal, pues, según me ha contado Dani, son muy cuidadosos con quienes meten en sus casas, aunque sea para unos segundos.

No creo que sea bueno estudiar este idioma precisamente, debería ponerme con el francés o el alemán, pero... bueno, es verano, quiero disfrutar, y aprender algo que me apetece debe de ser la mejor manera para ello, además, quién sabe, quizá lo necesite algún día, Tailandia es un país con una fauna muy extensa e increíble, aunque tenga animales que pueden ser mortales, no estaría mal visitarlo alguna vez, sin embargo... llevo bastante mal eso de comer lo que está fuera de mi ámbito cultural, y... no sé yo si podría sobrevivir allí.🐜🐜🐜