miércoles, 3 de mayo de 2017

Gracias, universo

Este puente, tenía pensado aprovecharlo a lo grande. Iba  estudiar como una loca el viernes, el sábado y el domingo, para tener el lunes libre y poder ir a la manifestación de la CNT por la mañana y, por la tarde, quedar con los superdotados en casa de mi hermano, y así, ir relajada al examen final de geografía y al global de matemáticas, exámenes que tenía contiguos el martes, pero claro, el universo no estaba conforme con mi plan...

El viernes y el sábado, estudié, me maté a repasar geografía, y toqué un poco de matemáticas, y el domingo por la mañana... llega mi madre diciendo que se nos había muerto un familiar, nada más ni nada menos que en Madrid.

Yo le dije que me daba bastante igual, ya que le conocía de casualidad, y no tenía ninguna conexión con él, pero entonces... mi madre me dijo que teníamos que ir al entierro, en Madrid.

Así que... cuando mi padre llegó del trabajo, recogimos las cosas y nos fuimos hasta León en coche, dos horas y media perdidas de mi tiempo de estudio, porque, si ya me mareo de normal, no me quiero imaginar lo que me pasaría si, encima, voy leyendo.

Además, cuando llegamos, tuve que cambiarme de ropa, ordenar las cosas, prepararle comida al gato y preparar mi cena, lo que me dejó... media hora de estudio.

A la mañana siguiente, me levantaron a las 7:10 de la mañana, porque el entierro era a la 1 y teníamos que estar allí a las 11:30.

Pues nada, desayuné, me vestí, le preparé la comida al gato y nos fuimos.

Más horas de estudio perdidas.

Cuando llegamos, todo el mundo llorando, sonándose la nariz, y todos, tocándome y dándome besos. A penas conocía a dos personas allí.

Estuve mirando para un muerto más de media hora, para, después, ir a la iglesia, y, al terminar el aburridisimo discurso del cura, pudimos volver hasta casa, que, evidentemente, supuso más horas de estudio perdidas.

Quería llevar el libro de geografía al velatorio, para aprovechar algunas horas, pero mi madre no me dejó, dijo que era insensible o algo así, insensible es privar a un alumno de segundo de bachillerato de tiempo de estudio clave para aprobar las recuperaciones y exámenes finales.

El caso es que... los dos exámenes resultaron un desastre, como era de esperar, y, encima, mis padres me han castigado por no estudiar lo suficiente, tócate los huevos. Ahora sólo me queda una oportunidad para pasar de curso, y será dentro de muy poco.

Aunque, el entierro y todo eso, me ha hecho reflexionar mucho a cerca de la muerte. Nunca ha significado nada para mi, me considero agnóstica, así que no me guío por promesas divinas, no podré averiguar nada hasta que llegue el momento pero... no quiero que mis seres queridos pasen por eso, cuando me muera, quiero una fiesta, con música, comida, risas y videojuegos, que hagan temblar las paredes del tanatorio, mi vida ya ha tenido suficientes lágrimas, no quiero que me despidan con amargura. De todas formas, dejaré mi legado, todavía no sé a quién ni cómo, pero de alguna forma, seguiré aquí, puede que no en un libro de historia, puede que no en un monumento, o quizá sí, quién sabe, sólo sé que estoy llena de ganas por descubrir y experimentar todo cuanto se pueda sentir, y esa sensación, esa actitud, es la que quiero que se mantenga, ahora y siempre.

Mira, después de todo, sí que he sacado algo positivo de ese puente, estudiar, no he estudiado una mierda, pero he vuelto a tocar un tema que se había quedado muy frío en el olvido, se lo pondré en la recuperación de matemáticas, seguro que me aprueba por ello.

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