martes, 21 de junio de 2016

SOS

Llevo desde ya ni me acuerdo cuando, en el pueblo, en León. Aquí con el calorcito, los animales, la gente... QUE ALGUIEN ME SAQUE DE AQUI!!!!

Bueno, el caso es que mis padres, peculiares como ellos solos, decidieron pasar sus vacaciones en el pueblo, y, encima, conmigo.
Por suerte, mis padres no son los únicos trastornados y el padre de mi mejor amiga Danielle, también ha venido hasta aquí, y menos mal, porque creo que pasé como dos días sola y... fíjate si era insoportable el aburrimiento que me vi obligada a abrir el libro de lengua.

Pero bueno, el caso es que estamos aquí juntas y desde luego, es un alivio, porque así podemos suicidarnos juntas.
🔹No podemos ir a correr porque en la calle hace un calor horroroso y la primera y última vez que corrimos bajo esas condiciones hicimos sólo 2,3KM a un ritmo deprimente.
🔹Tampoco podemos ir a las canchas, porque hay ancianos tomando el sol en ellas (Alucinante)
🔹No podemos ir a la piscina de la urbanización porque tuvieron un problema de última hora, y pasamos de tener que ir a otra y pagar.
🔹Es imposible pasar una tarde de mimos porque nos damos calor.

En fin, que todo es un desastre.
La noche anterior, las palabras de mi profesora de filosofía, la profesora más peculiar e interesante del instituto, vinieron a mi cabeza. Nos dijo que si teníamos la gran suerte de ir al pueblo (No lo decía con sarcasmo) teníamos que aprobechar que no hay contaminación lumínica y mirar al cielo nocturno, porque igual podíamos avistar un OVNI. Yo, sin poder pensar con claridad, le dije a Danielle de dormir en el jardín trasero, donde tendríamos una vista bastante amplia del cielo nocturno, y, cómo no, ella aceptó, así que esa noche, preparamos los sacos de dormir y nos tiramos en el jardín.
Cenamos dos manzanas cada una, alumbradas por la linterna publicitaria que yo tenía debajo de mi cama, y, como banda sonora, pusimos, I can walk on water, de Basshunter. No es que sea de mis géneros favoritos, ni mucho menos, pero esa canción significó mucho para ambas cuando éramos más pequeñas y siempre que empezábamos alguna de nuestras "aventuras" la poníamos.
Cuando se fue haciendo más tarde, nos tiramos encima de los sacos de dormir, y estuvimos hablando de cualquier cosa. Esos momentos en los que se detiene el tiempo... No tienen precio. El caso es que cuando miramos al cielo, vimos justo encima un objeto blanco que se movía sobre el cielo estrellado.
Al principio nos asustamos, hasta que nos dimos cuenta de que, en realidad, era una araña blanca enorme que estaba fabricando una telaraña que iba desde un árbol a otro. Dani me dijo que nos fuésemos, no es muy aficionada a los aracnidos, y cuando estábamos recogiendo, los aspersores de ese sector del jardín se iniciaron y nos empaparon, y no sólo a nosotras, sino que también rompieron la telaraña y ese simpático bichito cayó sobre el saco de dormir de Dani, que salió corriendo sin mirar atrás.

Si tienes algo de compasión... SÁCAME DE ESTE SITIO

No hay comentarios:

Publicar un comentario