domingo, 24 de julio de 2016

Castigada por estar enferma

El otro día, mi prima se dio cuenta de que tenía una herida muy fea en el lateral derecho de mi cara, cerca de mi oreja. Resulta que de vez en cuando, algunos lunares se me ponen rojos y empiezan a incharse y a sangrar. Mi prima me dijo que debería ir al médico y...




No me gusta nada tener que ir al médico cada dos por tres, pero si hay algo peor es tener que pedirle a mi madre que pida cita y que me de la tarjeta sanitaria.

No me gusta que se involucre mi familia en mis asuntos, pero... no tenía otra opción, así que se lo tuve que pedir, y, como era de esperar, pasó lo que siempre pasa: Se puso como una fiera, empezó a gritarme y a echarme de la cocina, donde había estado toda la tarde estudiando.

Cuando volví a recoger mi estuche y mis hojas, me agarró del pelo y me estampó contra la pared. Cogí mis cosas y me fui a mi cuarto.

Cuando ya estaba aquí, oí sus pasos como los de un gigante, fuertes, pesados, y enseguida apareció por la puerta, me gritó que cancelase la cita que durante dos semanas había planeado para que Joaquín me diese clase de sintaxis, yo le dije que no lo iba a cancelar, y ella me dijo que no le iba a dejar entrar. Cerró la puerta y la oí alejarse.

Unos minutos más tarde, volvió a aparecer, y me dijo: "Pues no te voy a dar la tarjeta, y si te mueres, te mueres. Cuanto me arrepiento de haberte tenido, sabe Dios el castigo que fue tenerte"

Bueno y eso a sido todo. Mañana me tendré que levantar pronto para prepararme rápido y supongo que me esperará otra paliza, pero es lo que hay, no puedo hacer nada, porque cuando era pequeña lo intenté y fue todavía peor, asi que solo me queda esperar unos meses, hasta que cumpla los dieciocho, y... no sé qué haré, porque, si todo va bien, tendré que ir a Oviedo a estudiar Magisterio o derecho, y... lo más cómodo sería vivir allí, pero tendría que tener más compañeros para poder costear el alquiler y los otros gastos, y no parece haber nadie que esté dispuesto, pero algo se me ocurrirá. Y todavía me queda un año de Bachillerato, pero con dieciocho, trataré de pasar poco tiempo en casa, y si puedo evitar pasar algunas noches aquí, mejor.

Hay gente desesperada por tener hijos, y justo estos animales son los que han podido tener uno. Mi padre es un putero que sólo le importa su bienestar y guardar las apariencias con la gente importante, a mi madre la trata fatal, y a mi... en fin, siempre me he llevado muy mal con él, me da asco, pero creo que es normal, teniendo en cuenta que es por su culpa por lo que nunca pude tener una mascota, o un hermano, y nunca pude terminar de ver una película de dibujos sin que apareciesen partes de películas porno muy duras porque él las había grabado encima. A mis tíos de Mieres les trata como si fuesen mierda, se cree superior a todo el mundo, cuando es sólo un viejo gordo e ignorante que no tiene ni siquiera un título Universitario ni nada parecido. Me limito a ignorarlo, si me habla, como si no escuchase nada.

Y mi madre... supongo que la culpa no es del todo suya, desde hace... más de diez años la acosan en el trabajo, se burlan de ella y tratan de echarla a la calle, pero no sé, siempre fue así, gritaba por todo y nada le parecía correcto, cuando estaba empezando a multiplicar, le pedía que me ayudase, que me corrigiese las cuentas, y me decía que no, que a ella ya se le habían olvidado esas cosas y que ahora me tocaba a mi estudiar. Cada vez que suspendía, paliza de mi madre, me sacaba de casa tirandome del pelo y me mandaba quedarme en el rellano, al principio, los vecinos me preguntaban qué había pasado, pero tras muchos años, se limitaban a bajar la vista e ignorarme. Pero lo peor venía si se me ocurría ponerme a llorar, me pegaba cada vez más para que callase, me amenazaba y me decía que se arrepentia de haberme tenido. La mayoria de las peleas acababan conmigo en la cama, sin mantas ni almohada y con mi madre agarrandome del pelo y diciéndome que como se me ocurriese armar algún escándalo, me iba a acordar, y que ojalá me muriese porque no valía para nada.

Cuando la pelea era en León era mucho mejor, me obligaba a meterme debajo de un pequeño escritorio de juguete que tenía de cuando era más pequeña y cada dos por tres venía y me tiraba agua encima. Acababa sin poder moverme y con los brazos y los muslos irritados. Luego pasaron a los castigos más imaginativos pero... jamás olvidaré cuando me rompió la consola porque había dejado la puerta de la cocina abierta y había dado portazo.

La otra vez tuve suerte porque los del médico me llamaron a mi número y mi madre nunca se llegó a enterar de las pruebas, porque sino... pero no sé qué hacer con los lunares. Procuraré que no me de mucho el sol, pero es que cumplen casi todos los requisitos para ser malignos: No son redondos, no son simétricos, uno de ellos se mueve y hay otro que tiene dos colores diferentes... Raquel nos dijo que tenía uno y era... bastante grande, negro y muy irregular, lo tenía en el brazo y me dijo que se lo tenían que quitar lo antes posible. Tengo un lunar de los que sangran en un pecho que es justo en el que me salió un quiste hace unos veranos, no sé si estará relacionado, espero que al final quede en nada, pero creo que si son malignos, no convendría ignorarlos, sino ir al médico.
En fin, que tengo ganas de salir de aquí.

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