Reto pokemon

Con toda esta fiebre que ha desatado el juego de pokemon go, todos los niños alrededor del mundo saben qué es un pokemon. A mi siempre me han encantado, y no sólo a mi, sino que a mi antiguo grupo de amigos también. Teníamos como... cinco años cuando nos llegó la fiebre pokemon, y hoy en día, estoy segura de que ellos la conservan, al igual que yo, aunque no sé por cuanto tiempo porque...

Septiembre está cada vez más cerca, y yo necesito concentrarme y poner todas mis fuerzas en estudiar todo el maldito bloque de literatura, que no es poco, y, además, intentar sacar adelante el bloque de lengua, que es odioso.

Y, como todos los años, estoy muy estresada, y, aunque Dani está perdida en algún rincón de Francia, siempre saca tiempo para reaparecer en mi vida y proponerme algún reto imposible.

Y en este caso, el reto imposible es, como no podía ser de otra manera, dibujar a los 718 pokemon antes de que se acabe el verano.

Las reglas son las siguientes:

-Se deberán presentar todas las láminas juntas y terminadas

-Una lámina se considera completa cuando se han cumplido los siguientes requisitos:

      -La figura debe estar coloreada, da igual el estilo.

      -Deben estar ordenados por el orden establecido por la pokedex.

      -Su número, al igual que su nombre, deben estar indicados en la lámina.

      -El plazo final de entrega es el día 14 de septiembre a las 12:59.

Puedo hacerlo sin problemas, pero... como suspenda lengua me tiro por un barranco, así que lo que voy a hacer va a ser estudiar en intervalos de media hora, haciendo descansos de 15 minutos en los que dibujaré todos los pokemon que pueda. Si me da tiempo, genial, sino... bueno, lo habré intentado.

Tengo un blog con un montón de folios en blanco, pero estoy segura de que no tiene 718, así que en cada hoja intentaré meter el grupo de evolución, espero tener hojas y paciencia suficiente. En cuanto a los diseños... no me voy a romper mucho la cabeza, me limitaré a imitar el que aparezca en la pokedex, son 718, no me puedo andar con remilgos.

Aunque no lo diga, lo hace para que no me preocupe tanto con el examen, para mantenerme ocupada los días después de haberlo entregado. Sé que cree que voy a aprobar, pero yo no tengo tanta fé, así que... tendré que empezar a estudiar.