domingo, 17 de abril de 2016

Amor o amistad. ¿Qué es más fuerte?

Bufff llevo una semana demasiado ocupada. He salido todos los días y a penas he tenido tiempo para mi, pero ha pasado la cosa más inesperada y más inoportuna que me podía pasar. Dicen que la amistad entre chicas y gays es irrompible, no sé yo...



Hace un mes, encontré entre mis contactos el número de un chico al que no conocía de nada, llamado Víctor, y pensé que igual era gay, así que empecé a hablar con él, con la idea de que se lo podía presentar a Joaquín, mi mejor amigo gay.

Resultó que Víctor no era gay, pero aún así, seguí hablando con él toda la noche, y no es coña, toda la maldita noche hablando con él. Me contó toda su vida, las movidas que tenía con la novia, sus gustos, que, al parecer, son parecidos a los míos, y, sobretodo, me dijo que era hetero-flexible, que, al parecer, era alguien que le gustaban los del sexo opuesto pero que no tenía problemas en liarse con alguien de su mismo sexo.

Luego, estuve investigando por ahí, y resulta que Víctor es el primo de mi novia, y se lleva muy bien con tres chicas a las que yo odio. De echo, van al mismo instituto.

Después de muchas noches en vela hablando con él, decidimos quedar, y, como no podía ser de otra manera, Joaquín vino conmigo. Ya me había enseñado fotos de él, y, sinceramente, no me había parecido nada del otro mundo, pero a Joaquín le volvía loco, así que insistió en quedar con nosotros, y menos mal, porque hizo un día de calor... y gracias a que Joaquín vino, pudimos ir a su casa, donde estuvimos jugando los tres a la wii, hasta que él se tuvo que ir a una fiesta en casa de su novia.

A partir de ese día, Joaquín se obsesionó con Víctor, hasta que... se enamoró de él, y, lo peor, le envió un mensaje en el que se lo confesaba todo.  Por suerte o por desgracia, Víctor estaba castigado y le quitaron el móvil, así que no vio el mensaje hasta el fin de semana siguiente, cuando volvimos a quedar con él.

Y nada, le dijo que no pasaba nada, que iba a seguir quedando con nosotros porque se lo pasaba muy bien.

La movida empezó este fin de semana, el sábado, que quedamos en casa de Joaquín, y estuvimos viendo una película. Víctor y yo estábamos tirados en el suelo, porque se nos habían olvidado las gafas, y Víctor se pasó toda la película con su cabeza en mi regazo y acariciándome la parte interna del muslo.

Al salir de la casa, cada uno se fue por su lado, y Joaquín me cantó las cuarenta... dios... lo pasé muy mal, él es mi amigo, y Joaquín también, pero... ¿Quién sabe?



No hay comentarios:

Publicar un comentario