sábado, 23 de abril de 2016

Cómo vestir bien

Estoy, muy, muy, enfadada.





El sábado salí a jugar un partido de fútbol con unos amigos, y cuando acabamos, nos encontramos con unos compañeros míos de clase, que se iban de fiesta. Les saludamos y nos fuimos, tampoco es que me lleve mucho con ellos.

Al día siguiente, me los encontré en un parque, yo estaba esperando a mi novio, y me dio por hablar con ellos.

Lo primero que hicieron fue criticar las pintas de los chicos con los que iba el sábado, y también me criticaron a mi.

Me quedé asombrada. Vamos a ver... estábamos jugando un partido de fútbol por nuestra cuenta, ¿Con qué iba a jugar? ¿Con un vestido y tacones? ¿Y ellos? ¿Tenían que ir con corbata? Pues no, íbamos todos en chándal, además, el más viejo que teníamos, porque siempre que jugamos solemos acabar por los suelos, y no es plan de romper ropa nueva o que solemos usar.

El caso es que este no es solo un incidente aislado, cada vez me es más común ver a gente que critica a otra simplemente por la ropa que usa.

Críos escribiendo blogs de moda, dictando a los demás cómo deben vestir, difundiendo el mensaje de que, si no llevas esa ropa, sino te dejas un pastizal en tu imagen, no eres normal, eres un raro que no debe juntarse con el resto del mundo, solo con la gente rara.

Me pone enferma, ¿Quién eres tú para decirme qué puedo y qué no puedo ponerme? 

¿Quieres vestir bien? Ponte algo con lo que estés cómodo. Ya puede ser un vestido o una sudadera, si estás cómodo, está bien, y es que parce que hemos olvidado para qué sirve la ropa, la ropa sirve para quitarnos el frío, y, de paso, tapar los complejos que algunas personas, desgraciadamente, tienen sobre sus cuerpos, así que... ¿Quieres gastarte millones en los últimos vaqueros? Hazlo ¿Quieres llevar la misma ropa que el presentador trucha del programa de moda? Hazlo ¿Quieres ponerte lo primero que encuentras en tu armario? Hazlo, pero, bajo ningún concepto, en ninguna de las anteriores situaciones, debes obligar o imponer tus ideas a los demás.

Creo que la ropa, además del lenguaje corporal, es lo primero que enseñamos a los demás de nosotros. En la gran mayoría de los casos, dice cómo somos, por eso es tan importante que los niños escojan sus propios atuendos, para que los padres puedan ir viendo qué actitud va cogiendo su hijo respecto a la vida en comunidad. Así que... siguiendo este principio, ¿No es mejor no ir a la moda? Si vamos todos iguales, no podremos analizar a la otra persona, y nos estaremos aislando.

Por no hablar de las modelos... nunca me ha dado por ver una desfile de moda, pero por lo poco que veo en los pequeños reportajes en las noticias, veo a modelos llevando ropa muy extravagante que luego, por la calle, no veo a nadie con ella. Además, el mensaje que transmiten es de: Sino tienes este cuerpo, no eres perfecta, cuando, en realidad, esa extrema delgadez, lo único que da es asco.



Mi mejor amiga, de pequeña era una bola, dos veces una persona en su peso, y bueno, al principio los compañeros se metían con ella, pero ella pasaba, el problema apareció cuando cumplió los 12 años. A esa edad, las chicas empiezan a salir y a preocuparse por su imagen, y, todos los fines de semana, ella salía con sus amigas de tiendas, y encontraba un montón de ropa que le gustaba, pero que nunca se podía poner porque "No le quedaba igual de bien que al maniquí" 

Al principio, nadie pensaba que sería capaz de adelgazar, pero... 

Su madre había muerto unos años después de su nacimiento, y su padre no la quería, solo la había tenido porque quería a su madre, y cuando esta murió, compraba comida rápida para su hija, para que no protestase a la hora de comer. Por esto, si ella no comía, el padre no le decía nada, no le importaba. Se apuntó a atletismo, y empezó a perder peso de una manera muy preocupante, pero... ¿Qué decía la gente? Que estaba estupenda, que ya era hora de que una chica tan guapa tuviera cuerpo de modelo, que ahora estaba más guapa... y, lo que más la animó a cometer esta locura fue que cada vez se podía poner esa ropa que tenían las modelos de las revistas, y, que además, le quedaba bien, ya no tenía que pedir una talla más, y, encima, los críos le decían que tenía mucho estilo.

Por suerte, esa locura se acabó cuando, tras tres semanas sin comer absolutamente nada, acabó en el hospital, con 40 kilos. Gracias al apoyo de muchas personas, consiguió superar su obsesión y solo conserva su pasión por el deporte, desde un punto de vista saludable.

¿Qué quiero decir con todo esto? Pues que toda esa mierda de "Ir a la moda" está perjudicando a muchas personas, ya sea porque la ropa es demasiado cara, o porque no tienen "el cuerpo adecuado" para llevar esas prendas o simplemente porque tienen un criterio diferente al de esos cuatro tontos que siguen la moda del momento, y por ello son marginados. Estoy muy harta de esas niñatas y niñatos que elevan a mujeres y hombres anoréxicos como prototipo de la perfección. Es lo que ahora valora la sociedad, creo que deberíamos de dejar de rendirle culto al cuerpo y ponernos a crear una sociedad más unida y un futuro limpio para las nuevas generaciones.





No hay comentarios:

Publicar un comentario