Por fin es miércoles. Se acerca el momento, de echo, quedan 4 horas y 77 min, más o menos...
Gracias a Dios, no vamos a ir a la playa, cosa que me facilita bastante el tema del vestuario y me quita bastantes preocupaciones, pero como no todo puede ser de color rosa, han aparecido nuevos problemas.
No sé a dónde ir con ella. Quizá me lleve a una cafetería, y ahí tenemos el primer problema: Soy incapaz de pedir algo en una cafetería. En el Instituto, es Joaquín el que pide por mi si alguna vez tengo hambre. Pero... esta vez voy a estar sola con ella, así que tendré que echarle valor...
Después de la cafetería, creo que podremos ir a dar un paseo cerca del mar, porque a ella le encanta, pero es que hace demasiado calor, y nos vamos a cocer... con suerte, empezará la tormenta pronto y tendré que acompañarla a la parada del bus y ahí... Que sea lo que Dios quiera.
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