domingo, 14 de agosto de 2016

Por los pelos

Hoy supuestamente iba a ser la mejor noche de todo el año. Hoy iba a ver los fuegos artificiales con Nuria, iba a ser nuestro primer beso, pero... Ya me había rechazado y ella misma había cancelado el plan hace unos días, aún así... al final, si que conseguí mi tan ansiado beso, a un precio alto y por los pelos, pero me alegro de haber estado allí.

Resulta que, si no iba a los fuegos con Nuria, tendría que ir con mis padres, y eso sería horrible. Así que mentí a mis padres y les dije que el plan con Nuria seguía adelante.

Cuando llegó la hora de salir, fui caminando por la calle a paso lento. Hay niebla y hace calor, y todos sabemos lo que eso significa, la ropa se pega a todo el cuerpo y el calor es insoportable.

Como no sabía a dónde ir, fui al parque de la estación, a donde siempre voy con Joaquín, y...

Me subí a uno de los columpios y empecé a escuchar música. Me dolía algo la cabeza, pero estaba demasiado cansada para hacer nada contra ello, sólo quería quedarme ahí, quieta, sin pensar en nada.

De repente, un coche paró en la acera y una pareja joven salió de su interior, tras una despedida, el coche siguió su rumbo.

A parte de que mi visión es pésima, llevaba los cascos puestos, así que no tengo ni idea de lo que hablaban, pero enseguida empecé a prestarles atención.

El tío empezó a exagerar mucho sus movimientos, y ella se quedaba mirando al suelo; estaban discutiendo.

Pero no era una discusión normal, porque en una discusión, ambas partes participan, sin embargo, ella se mantenía callada y hasta parecía temblar.

Me quité los cascos y empecé a acercarme con tranquilidad a ellos.

Él estaba gritando que le había dejado en ridículo y que tenía que aprender a cerrar la boca

Empezó a zarandearla y agarrarla por los hombros.

Yo me asusté y guardé el móvil en el bolsillo de mis vaqueros. Tenía que parar aquello.

Cuando estuve lo suficientemente cerca, le pregunté al hombre si pasaba algo. El tío me sacaba una cabeza y media, no era tan alto.

Él me dijo que me marchase, que no era la hora de que los niños estuvieran por la calle. Yo me metí entre él y la mujer, que era a penas unos centímetros más alta que yo, y los separé un poco.

El hombre me repitió que me fuese de allí y yo le dije que cuando él dejase de gritarle a la chica. El hombre me agarró del brazo izquierdo y me retiró de delante.

Antes de que me soltase, aproveché su agarre y le atraje hacia mi, una vez cerca, levanté la pierna izquierda y le pegué un rodillazo en el estómago.

Él se dobló, pero no me soltó, es más, empezó a apretar, y para que me soltase, tuve que empujarle.

Me acerqué a la chica, que estaba bastante asustada, encogida y temblando. Le dije que la acompañaría a su casa y ella asintió.

Le di la mano y esperé a que ella me guiase, pero el hombre volvió a la carga y empujó a la mujer por la espalda, tirandola al suelo, y empezó a golpearla.

Ella se tapaba la cara con las manos y se retorcía, pero no podía escapar. Así que no me quedó más remedio que pegarle un puñetazo al hombre en la zona de la sien.

El tío se desplomó en el suelo y yo aproveché para agarrar a la mujer y salir corriendo con ella de allí.

Durante el camino, me contó que él era su novio, pero que llevaban muchos días seguidos discutiendo y que él ya se había puesto violento en otras ocasiones. Al parecer, ella vive con una compañera de piso, que habia estado presente en una de las discusiones y que mañana mismo, iban a ir a la policía a demandarle.

Al despedirnos, me dio las gracias y un beso en la mejilla.

No era para nada la noche que me esperaba. Pero me alegro de haber estado allí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario